miércoles, 2 de diciembre de 2009

Hoy tengo ganas de pisar una hormiga!!!

Hay momentos en la vida en que uno se deja invadir de sentimientos negativos, de rabia, odio, repulsión, ira, y hasta de imágenes violentas y agresivas que nos causan escozor en el alma de tan sólo imaginarlas. Muchas veces son sensaciones, sentimientos, emociones, things, pasajeras, sin embargo, algunas de ellas prevalencen con el tiempo, se modulan, pero viven incrustadas en la propia oscuridad secreta de nuestras esencias cual vil pulga de Josefina, cual vil garrapata de Bobby... Y a qué nos llevan, en qué nos dejan??? Me encantaría poder decir que saco aspectos positivos de ellas, sin embargo no siempre es así. Sólo siento rabia, sólo siento deseos de destrucción, autodestrución, y trato de cerrar los ojos esperando a que pase, tal como lo hicieron algunos niños de Hiroshima. No sé, la violencia se lleva en la esencia del ser humano, vivimos con ella y simpemente la manejamos, pero está allí, latente, manifiesta, como sea, pero está allí, y quien se diga a sí mismo que es la bondad y pureza misma, y que jamás ha experimentado odio o deseos de estrangular a alguien o algo por el sólo placer de vomitar la oscuridad que alberga su alma, es un maldito hipócrita... bueno, quizás no estrangular, sólo pisar a una hormiga, todo tiene sus grados y niveles al fin y al cabo...
Y si no les ha pasado, vean una película en donde el protagonista sea un miserable desgraciado en esta vida, e indentifíquense con él, imaginen durante la función que son aquel desgraciado y maltratado personaje, y créanme que van a experimentar sentimientos terribles y profundamente ancestrales de nuestra esencia humana... Para ello les recomiendo una película italiana de las clásicas, dirigida por Vittorio de Sica, me refiero a Ladri di biciclette (1948), traducida al español como El Ladrón de Bicicletas. Otra de mis sugerencias es la excelentísima película The War of the Roses (1989), en la que realmente terminas pensando que podrías ser capaz de destruir a alguien, y qué decir de Very Bad Things, realmente ahí sí que uno termina exasperado de la violencia que sin tanto cuestionamiento puede brotar de sí mismo.
En fin, si se matan después de ver todas estas magníficas películas, lo entenderé, y sólo recuerden ponerme al tanto de sus intenciones oscuras para hacer una reseña en este... hoy maldito espacio, de modo que no quede impune el acto...

Igual les dejo una florcilla...

Ivy:( cansada a morir de las malditas audiencias y de las injusticias de este país

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